Un panel independiente plantea que se fije un plazo de tres meses para que se llegue a un acuerdo con los países donde se producen las vacunas y las compañías propietarias de patentes
Las farmacéuticas deberían recibir un plazo de tres meses para que concedan permisos de fabricación de sus vacunas contra el COVID-19 a otros fabricantes y, si no están acuerdo, deberían suspenderse sus derechos de propiedad intelectual.
Así lo recomienda el Panel Independiente de Preparación y Respuesta a Pandemias, que examinó durante ocho meses los fallos que hubo en la gestión de la actual crisis sanitaria por encargo de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El Panel presentó hoy su informe final, que plantea que se fije un plazo de noventa días para que se llegue a un acuerdo con los países donde se producen las vacunas y las compañías propietarias de las patentes para que los antídotos que desarrollaron puedan producirse en más lugares del mundo.
Se considera que esta es la única manera de aumentar la capacidad de producción hasta un nivel suficiente para atender la inmensa demanda de vacunas a nivel mundial y resolver el problema de su desigual distribución.
Para ello se pidió que la OMS, que coordina la gestión global de la pandemia, y la Organización Mundial del Comercio (OMC) convoquen a las farmacéuticas y a los países donde tienen sus sedes para buscar una solución negociada, frente a la cual se han mostrado reacios.
Los países ricos con intereses en el sector farmacéutico se han opuesto en la OMC a una propuesta presentada hace ya más de medio año por la India y Sudáfrica para que se suspendan temporalmente las patentes de las vacunas, a lo que se oponen también las compañías, que argumentan que esta medida atentaría contra su capacidad de innovación.
El reciente anuncio del Gobierno de Estados Unidos de que es favorable a una suspensión de las patentes en esta situación de emergencia hace pensar que las negociaciones sobre esta cuestión en la OMC finalmente podrían progresar.
Las vacunas están concentradas en los países ricos, con decenas de naciones que todavía no han empezado la inmunización contra el COVID-19 o lo han hecho a niveles insignificantes.
La copresidenta del panel y exmandataria de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, recordó que algunos países han comprado suficientes dosis como para vacunar al doble de su población.
En la presentación del informe, Jonhson pidió a todos los países que han logrado una cobertura de vacunación suficiente que donen “al menos mil millones de dosis a más tardar para el 1 de septiembre” y dos mil millones de dosis para mediados de 2022.
Los beneficiarios principales deberían ser los 92 países más pobres del mundo que no tienen recursos para comprar vacunas y que esperan recibir dosis del mecanismo COVAX, creado por la OMS para luchar contra la desigual repartición de las vacunas en el mundo.
Con información de EFE
Fuente: Lopez Doriga
Comments